“Donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos.”
NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO
07 de octubre
“Y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella (Mt. 16, 18)” expresó Nuestro Señor Jesucristo refiriéndose a su Iglesia. Cierto es que Satanás y sus legiones no han dado tregua en dos mil años de Cristianismo. Y no la darán.
Cuando Satanás combate contra María, combate contra la Iglesia. Leemos en el libro del Apocalipsis lo siguiente: “Se enfureció el dragón contra la mujer y se fue a hacer la guerra contra el resto de su descendencia, contra los que guardan los preceptos de Dios y tienen el testimonio de Jesús (Ap. 12, 17)”
Esta guerra entre Dios y Satanás ha tenido momentos ríspidos y angustiantes. En 1453, los turco-otomanos, de religión islámica, conquistaban y arrasaban Constantinopla, o Bizancio, con lo que daba fin el Imperio Romano de Oriente, también conocido como Imperio Bizantino. Esta ciudad era sede del Patriarca Ortodoxo, la máxima autoridad de los cristianos ortodoxos de Oriente. A partir de esta conquista, los sultanes turco-otomanos fijaron su mirada en la Europa cristiana. Y se lanzaron contra ella.
Eran los tiempos de la Reforma protestante. La Iglesia parecía sucumbir ante los embates protestantes, la degradación de muchos de sus clérigos y la amenaza turca en el mar Mediterráneo. El Concilio de Trento sentó las bases para resolver los dos primeros problemas. Faltaba la cuestión turca.
El sultán Selim II había jurado poner fin al Cristianismo, y convertir a la Basílica de San Pedro, de Roma, en establo para sus caballos. Se lanzó a la conquista de Roma. En contraparte, en 1566 es elegido Papa el dominico Pío V. La Orden de Predicadores, conocida como Orden Dominica, recibió como misión de parte de la Virgen María la propagación y la promoción del Rosario. Así que, una vez Papa, Pío V no vacilaría en utilizar esta oración como parte de la defensa cristiana.
Pío V logra formar una coalición con España, Venecia y los Estados Pontificios. Al frente de esta coalición estuvo Juan de Austria, hermano de Felipe II, rey de España. Antes de salir a la guerra, Pío V ordena que todos los combatientes se confiesen, y comulguen. Se celebra Misa antes de que zarpen los barcos hacia el Mediterráneo. 90 mil cristianos contra 120 mil otomanos.
Pío V ordena a toda la Cristiandad el rezo del Rosario para interceder ante la Virgen por el éxito de la contienda. El 07 de octubre de 1571 chocan las fuerzas otomanas con las cristianas en la isla griega de Lepanto. La victoria, que parecía inminente para el ejército de la media luna, terminó siendo para los minoritarios cristianos. Pío V conoció el resultado de la batalla el mismo día. En agradecimiento con María Santísima, el Papa la proclama Auxilio de los Cristianos, y posteriormente su sucesor, Gregorio XIII instituye la fiesta de Nuestra Señora del Rosario el 07 de octubre, como recuerdo de tan gran favor que la Virgen otorgó a la Cristiandad, en su lucha contra las fuerzas del Mal.
SAN MATEO APÓSTOL Y EVANGELISTA
Vía López Portillo,Av. De la Cruz s/n58901159